Donald Trump y Hillary Clinton destruyen a la NFL

Las audiencias televisivas de la NFL están padeciendo una caída general a lo largo de toda la época. Desde la primera semana se buscan explicaciones a este hecho, que no tiene precedente en la historia reciente de la competición. Se han apuntado la ausencia de los grandes equipos en prime time, la carencia de Peyton Manning y Tom Brady, el malestar derivado de las quejas raciales frente al himno de Norteamérica por la parte de jugadores afroamericanos, la proliferación de aparatos diferentes a la T.V. para poder ver los partidos, el mero tedio... mas semeja que una teoría terminante ha cogido fuerza: las elecciones presidenciales estadounidenses pueden con todo.


El día de ayer el Monday Night Football de la ESPN, que jugaron los New Orleans Saints y los Atlanta Falcons, registró un rating de cincuenta y siete, que es el menor de cualquier partido retransmitido por televisión a nivel nacional en lo que va de temporada, y supone una caída del treinta y seis por ciento con respecto a los números del año pasado. Es más, el encuentro era visto por un lógico, para ser la NFL y para ser la ESPN, que es de pago, sesenta y nueve por ciento de rating hasta la hora en que empezó el discute entre los aspirantes a la presidencia, Hillary Clinton y Donald Trump, instante en que los espectadores escaparon.


Clinton y Trump reunieron un pasmoso cuatrocientos sesenta y dos por ciento de audiencia televisiva, que es un diecisiete por ciento más que los que sostuvieron Obama y Rommey en los precedentes comicios, y que son números prácticamente de Super Bowl. Esto explica, muy a las claras, que la polarización que se ha instalado en la sociedad de Norteamérica repercute en que estas sean una de las elecciones presidenciales más seguidas de la historia.

Y la NFL no es inmune a ello. A lo largo de las 3 jornadas que se han disputado, todos y cada uno de los partidos de emisión nacional (jueves, domingo noche y lunes) han caído en audiencia con respecto a los del año pasado, llegando a niveles próximos a los que tenía la liga en dos mil catorce. La salvedad fue el New England Patriots-Houston Texans, que venció a su análogo de la pasada campaña debido, evidentemente, a la presencia de los Patriots. Puesto que bien, en este periodo de 3 semanas, la CNN, canal de noticias que está absolutamente volcado en el Clinton-Trump ha visto aumentada su audiencia hasta en un noventa por ciento en instantes puntuales.

En la liga se debían olisquear algo semejante para este periodo y de ahí que, de forma sorprendente, no ha puesto enormes partidos en horarios estelares. Buen ejemplo de ello son el Saints-Falcons y el Cowboys-Bears de esta semana. Para el próximo discute electoral la NFL competirá con un Green Bay Packers-New York Giants, que lo va a hacer mejor, indudablemente, mas que asimismo padecerá del huracán político que todo lo puede, ya, en E.U..

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